martes, 25 de agosto de 2015

Ejercicios POO (Diagramas Basicos de Clases y Objetos)

Quererse a sí mismo es el principio de un romance para toda la vida
Oscar Wilde


En el diagrama de clase presentado se presenta una clase Persona, con los atributos identificación, nombre, sexo, madre y padre (estos dos atributos son de tipo persona)  y se presentan dos métodos, el método constructor Persona() y El método quererse() el cual tiene como parámetro un objeto de tipo Actividad
El Diagrama de Objeto seria:



TARARÍ Y TARARÁ
De: Alicia a través del espejo
Lewis Carroll
— Ahora está soñando -señaló Tarará- ¿y a que no sabes lo que está soñando?
— ¡Vaya uno a saber -replicó Alicia- ¡Eso no podría adivinarlo nadie!
— ¡Anda! ¡Pues si te está soñando a ti! -exclamó Tarará batiendo palmas en aplauso de su
triunfo-. Y si dejara de soñar contigo, ¿qué crees que te pasaría?
— Pues que seguiría aquí tan tranquila, por supuesto -respondió Alicia.
— ¡Ya! ¡Eso es lo que tú quisieras! -replicó Tarará con gran suficiencia-. ¡No estarías en
ninguna parte! ¡Como que tú no eres más que un algo con lo que está soñando!
— Si este Rey aquí se nos despertara -añadió Tararí- tú te apagarías… ¡zas! ¡Como una vela!



Diagrama de Objetos



REALIZAR UN DIAGRAMA DE CLASE BASADO EN CADA UNO DE LOS CUENTOS, SEGÚN LOS EJEMPLOS DE ARRIBA

MI ZAPATO VIEJO
Cuento Corto para niños y niñas, creado por: Emiliana Marante
Tenía un hueco en la punta de mi zapato, estaba roto por un lado, machacado por detrás, ya no servían para nada.
– ¡Lo tiraré a la basura!, – pensé
Y por un rato dejé allí mi zapato, mientras hacía mis tareas de la escuela. Cuando terminé me dispuse a tirar mis viejos e inservibles zapatos, pero me llevé una gran sorpresa cuando vi un lindo y calentito huevo de mi patita Loló dentro de uno de ellos.
– ¡Puede servirle de nidito!, -pensé.
Por lo menos no se moja ni pasa frío. Busqué un pedazo de tela vieja, la hundí dentro y puse el huevo encima.
– ¡Que alegre estaba! ¡Ya mi patito Loló tenía su camita para nacer!
Puse mi zapato debajo de un arbolito, allí mi patita Lolò velaría a su nuevo bebé y mi abuela vería como pude darle otro uso a los zapatos, que si para mi no servían, sí a mis animalitos.
Nunca mas pensaré en tirar algo sin antes pensar para que puede servir y les contaré a mis amiguitos de la escuela y a mi maestra.
– ¡Viva! ¡que llegue mañana!




NATI Y SU DELFIN

Cuento Corto para niños/as; creado por: Luna Pilar Acevedo
Nati era una chica de dieciséis años, era huérfana. Un día Nati decidió que quería trabajar. Los primeros que quisieron  contratarla  fueron los Mancini.
Ellos necesitaban que trabajara para que cuidara a su mascota. Nati pensaba que era una mascota cualquiera, normal, pero no era así. Incluso se desmayó cuando se enteró de que tendría que cuidar de un delfín. Cuando se recuperó de la gran sorpresa lo pensó y aceptó el trabajo.
El primer día de trabajo los dos (el delfín y ella) se divirtieron muchísimo, tanto fue que Nati pasó un año cuidando al delfín. Los Mancini se encariñaron con ella y la adoptaron.  Vivió muy feliz junto a su familia y su delfín.



EL CARACOL PESIMISTA

Cuento Corto para niños y niñas; creado por: Sergio Gomez
Había un niño llamado Juan que salía  a su jardín todos los días.
Un día vio una fila de caracoles, uno de ellos iba muy atrasado y el niño le preguntó:
– ¿Por qué estas tan atrasado?
El caracol le dijo:
– Es que soy el más lento de todos.
– No seas pesimista tu puedes avanzar más rápido. -Dijo el niño.
El caracol pensó en lo que le estaba diciendo el niño y se animó. Empezó a ir cada vez más rápido hasta que consiguió correr.
Ahora, cuando el niño sale al jardín, siempre ve al caracol y va el primero de todos, ya que tiene confianza en sí mismo y mejora cada día un poquito más.
Uno no debe ser pesimista porque puede hacer todo lo que se propone…



Soñé que estaba ella sentada a mi cabecera...

Soñé que estaba ella sentada a mi cabecera,
y alborotaba tiernamente mi cabello con sus dedos,
suscitando la melodía de su contacto.
La miré a la cara, luchando con mis lágrimas,
hasta que la angustia de las palabras no dichas
quebró mi sueño como una burbuja.
Me incorporé. La Vía Láctea se veía arder por mi ventana,
como un mundo de silencio inflamado.
Y me pregunté si en aquel momento estaría ella soñando
un sueño que viniera, bien con el mío.



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